El nuevo Código de Convivencia le pone picante a la discusión en el Concejo platense

La campaña electoral le había puesto un impasse a los cruces en el Concejo Deliberante platense, pero en los próximos días se tratará en el recinto un tema candente que promete dar rienda suelta a discusiones elevadas. Desde la oposición ya pusieron algunos reparos y desde el oficialismo intentan defender el proyecto a capa y espada.

Se trata nada más y nada menos que del nuevo Código de Convivencia planificado por el Ejecutivo que buscará brindar solución a algunas problemáticas que atraviesa la actualidad. Sin embargo, hay algunos puntos que no logran convencer al Frente de Todos y a distintas organizaciones sociales y políticas que ya se manifestaron en contra.

La intención de Julio Garro es que el proyecto se debata antes de las elecciones de noviembre, pero, sobre todo, antes de que se realicen los cambios en las bancas el próximo diciembre. Esto obedece a que, más allá de que si se repiten los resultados de las PASO no modificaría demasiado la composición del cuerpo, busca evitar la negociación con los sectores opositores.

Las voces más críticas se escucharon desde el Frente de Izquierda, alertando que el nuevo Código de Convivencia Ciudadana pone el peligro la utilización del espacio público, además de criminalizar la protesta y limitar la posibilidad de trabajo para los vendedores ambulantes. Por tal motivo, realizaron una movilización hasta la Municipalidad para pedir que no se apruebe.

La fecha que pretende Garro para su tratamiento y posterior aprobación es el próximo miércoles 3 de noviembre, a tan solo 11 días de las generales. Esa posibilidad abrió debate interno en el Frente de Todos, como sucedió en otras oportunidades, con posturas contrapuestas sobre acompañar o no la iniciativa impulsada por el jefe comunal.

Entre los puntos más conflictos que rechazaron vastos sectores de la oposición, se destaca que la normativa penaliza a trabajadores de la vía pública; prohíbe la tracción a sangre, lo que afecta a cartoneros y recicladores; restringe el derecho a la protesta y multa “la oferta de servicios sexuales”, al igual de penalizar el trabajo de artistas callejeros y de quienes lavan autos en el espacio público.

Al respecto, desde organizaciones sociales, organismos de derechos humanos, sindicatos, cooperativas de trabajo, colectivas feministas, organizaciones de trabajadoras sexuales y centros de estudiantes remarcaron que “lo que apunta es a crear una ciudad para pocos, obturando la protesta social, el trabajo sexual y ambulante, y todas las expresiones de la economía popular”.

El proyecto del Código de Convivencia Ciudadana, que cuenta con 359 artículos, viene a reemplazar el actual Código Contravencional Ordenanza 6147. Se había presentado en 2018 y en enero de este año sin éxito, pero Garro volvió a insistir con su tratamiento en pocos días, algo que develó algunas internas en el Frente de Todos por la posibilidad de acompañarla o no la normativa.

Una de las quejas que más rechazo generó fueron las altas cifras que se prevén como multas en caso de las contravenciones que estipula el Código. Por ejemplo, la protesta social fija hasta $ 350.000 a quienes realicen movilizaciones y obstaculicen los carriles de conducción, mientras que sanciona a vendedores y artistas callejeros con multas de hasta $525.000 y el decomiso de la mercadería.

Uno de los ediles que participará del debate será Cristian Vander, del Frente de Todos, quien al respecto señaló que “hay puntos en los que estamos de acuerdo porque a nadie le gusta que les falten el respeto a los vecinos, pero cuando hablamos de un código nuevo es porque no se pudo hacer respetar el que está”.

Por otro lado, el concejal y sindicalista criticó al Gobierno de Juntos al afirmar que “acá quedaron afuera trabajadores de la cultura, por ejemplo, hubo presencia selectiva porque había que anotarse virtualmente. Por supuesto que todos queremos bienestar, pero el tema es el cómo”.

 

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