La presentación de listas para las elecciones legislativas del próximo 7 de septiembre dejó al descubierto una tensión que trasciende lo electoral: ¿qué valores estamos dispuestos a validar al momento de votar?
En Necochea, uno de los casos más inquietantes involucra al abogado Eduardo Caballero, candidato a concejal por La Libertad Avanza, cuyas manifestaciones públicas revelan una admiración por figuras del nazismo.

Lejos de ser un tema menor, el perfil de Caballero plantea interrogantes de fondo. Ha realizado publicaciones donde reivindica aspectos del régimen nazi, y aunque el espacio que lo postula intenta ocultarlo durante la campaña restringiendo el acceso a sus redes, su posicionamiento ideológico no es secreto. Desde sectores del radicalismo se lo vinculó en el pasado con el partido neonazi Bandera Vecinal, acusación que él niega, atribuyéndola a disputas partidarias. No obstante, sus publicaciones sobre símbolos bélicos del Tercer Reich y sus expresiones elogiosas hacia Hitler han sido visibles en redes sociales y mencionadas por quienes lo conocen.
Lo paradójico es que este tipo de candidaturas se enmarcan en una fuerza liderada por Javier Milei, figura que se ha pronunciado públicamente como judío y como aliado de Israel. ¿Cómo se articula un discurso prosionista con la presencia de candidatos que reivindican uno de los regímenes más antisemitas de la historia?
La respuesta parece encontrarse en un armado político apresurado, más preocupado por ocupar espacios que por cuidar la coherencia ideológica. Es una muestra clara de cómo en algunos sectores el oportunismo le gana a la responsabilidad, y donde el afán por reclutar nombres termina habilitando perfiles que deberían estar completamente alejados de la discusión democrática.
De acuerdo a la información consignada por el medio “Diario Cuatro Vientos”, este fenómeno no es exclusivo del candidato en cuestión. Refleja una dinámica en la que discursos extremos encuentran lugar en fuerzas que prometen renovación, pero terminan repitiendo viejas prácticas bajo una estética diferente.

A lo largo de su gestión, el presidente Milei ha adoptado medidas claramente estatistas, como el endeudamiento, la intervención en negociaciones salariales y el fortalecimiento de cuerpos de seguridad, mientras mantiene una narrativa de desguace estatal. En ese terreno contradictorio, algunos ven una oportunidad para acercarse a la política y beneficiarse del sistema que prometen desmantelar.
Es imprescindible que la ciudadanía mire más allá del marketing y examine el verdadero contenido de cada lista. Porque el voto no solo define representantes, también legitima discursos. Y cuando esos discursos coquetean con ideologías intolerantes, el silencio y la indiferencia también votan.
