El presidente de la Nación,Javier Milei, volvió a defender sus polémicos posteos en redes sociales, argumentando que sus cuentas son un espacio “personal” y no parte de su función institucional. Esta vez, el Presidente justificó así el calificativo de “kukas” dirigido a Ian Moche, un niño de 9 años diagnosticado con autismo. La defensa del mandatario se basa en la invocación de la libertad de expresión, una herramienta que él mismo ha desestimado cuando se trata de otros.
En el escrito presentado ante la Justicia, en el marco de la causa iniciada por la familia Moche, Milei sostuvo que el reposteo se realizó desde su “cuenta personal” y no representó una “decisión administrativa, normativa o acto estatal alguno”, ni implicó el uso de fondos públicos. Según el Presidente, fue una “acción privada” que contiene una “expresión crítica sobre la labor y agenda subyacente de un periodista públicamente conocido, y respecto de cuestiones de interés público en el contexto del debate público”.
Sin embargo, este argumento resulta poco convincente y lo deja en una posición complicada, especialmente en relación con el caso $LIBRA. En esa situación, Milei actuó desde su cuenta presidencial, contradiciendo su propia insistencia en que sus publicaciones son de índole privada.
