Whirlpool cierra su planta de Pilar y deja 220 familias en la calle

La crisis en el mercado interno y la creciente competencia de productos importados sumaron un nuevo capítulo con el sorpresivo cierre de la planta de Whirlpool en el Parque Industrial de Fátima, en Pilar. La compañía anunció este miércoles la desvinculación de 220 trabajadores y puso fin a un proyecto industrial inaugurado hace apenas tres años, durante un contexto económico muy distinto al actual.

Según confirmaron fuentes de la empresa, la decisión fue comunicada directamente al personal y ya se negocia con la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) un paquete de salida que incluiría indemnizaciones y un plus adicional. El cierre alcanza tanto a operarios como a sectores de ingeniería, calidad y otras áreas vinculadas a la operatoria fabril. “Ellos también son consumidores. Si en el futuro pudiéramos volver a producir, la idea es que la relación sea a largo plazo”, señalaron desde la compañía al referirse al proceso con el gremio.

Whirlpool justificó la medida en “un modelo de negocio operativo y competitivo que no pudo lograrse en un contexto de fuerte desaceleración del consumo y aumento significativa de las importaciones”. En un comunicado oficial, la firma habló de una “reconfiguración estructural” que la llevará a concentrarse exclusivamente en actividades de comercio y servicio, garantizando la venta de electrodomésticos y repuestos, pero abandonando la producción local.

La planta de Pilar, construida con una inversión de USD 52 millones e inaugurada en octubre de 2022, había sido presentada como un hito regional y un centro exportador: se proyectaban 300.000 unidades al año con 70% destinado al exterior. Hoy no queda rastro de aquel plan. Las fuentes confirmaron que la empresa aún no definió qué destino tendrá la fábrica. “Hay varias alternativas pero todavía no tenemos información”, reconocieron.

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