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Larreta, con la herida abierta: “En la campaña hubiera mandado a la mierda a Bullrich”


El exjefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, realizó una autocrítica de la campaña de Juntos por el Cambio en 2023 y aseveró que “hay que asumir la responsabilidad”. 

“Es culpa mía, no de un asesor. Cada uno elige su entorno”, acotó, para luego aludir a su vencedora en la interna, Patricia Bullrich: “En el fondo yo estaba a las puteadas y la hubiera mandado a la mierda, pero no creo que sea bueno para la Argentina que los políticos lo hagamos. Efectivamente creo que se necesita un acuerdo. Mi convicción es que la agresión no es lo que el país necesita”.

“Tengo las bolas llenas de esos insultos. Sigo creyendo que hay que terminar con la grieta”, anexó el exprecandidato presidencial en declaraciones a CNN Radio.

Luego esgrimió que “con el diario del lunes, debería haber sido más genuino. Venía de años de caminar por la calle, de estar con la gente, de reuniones con vecinos. Pasé de eso a ser el político que venía con subtítulos. Estoy en ese replanteo y creo que es parte del aprendizaje”.

Al evocar la jornada de las elecciones primarias, recapituló: “La noche anterior en la casa de mi hermano pensé que ganaba. Fue de las cosas más fuertes que viví en mi vida”.

“El momento en que me dijeron que no ganaba ya sabía. Me di cuenta de que estábamos en el horno. Me abrazaron mis hijas, mi madre; es una situación muy fuerte. Es una ilusión de una vida” y “en esos niveles para aspirar a ese lugar tenés que tener un grado de locura”, prosiguió Rodríguez Larreta.

“Me acuerdo que apenas lo vi la llamé a Patricia, la felicité, puse la cara y salí a hablar. Sostuve mi convicción. En el peor día de mi vida política me paré y dije que estaba para representar a los que pensaban que Argentina necesitaba un acuerdo”, aclaró.

Acto seguido, recalcó: “No soy de llorar. Pero estaba hecho mierda. La ficha me cayó rápido. Fuimos a comer con el equipo y mantuvimos la cábala aún en la derrota. No sabía lo que era perder”.

“Y tomé un sano equilibrio de no caer en el flagelo extremo, pero tampoco en pensar que era un contexto del mundo y de posiciones más extremas. Hice cosas que estuvieron mal. Tuve momentos muy duros para mí. Me refugié mucho en mi familia y mis amigos de toda la vida. Me dejé mimar y no me aislé. Fui saliendo de a poco”, confesó

En tanto, evaluó que tuvo “el problema y el síndrome del ganador muy temprano”. Así las cosas, juzgó: “Te volvés conservador (durante la campaña) y hay infinidad de casos donde los ganadores tempranos terminan perdiendo”.

“Me arrepiento de muchas cosas y no tomé posiciones claras. Cometí errores. En eso no me arrepiento: no hubiera apelado al insulto. No creo que sea bueno para el país. Era mi límite”, reiteró el exalcalde metropolitano.

“Es cierto que había una tendencia a lo extremo, genuino y Patricia tuvo a lo largo de su carrera posiciones muy oscilantes. Un día dijo que Javier Milei era peligroso y después fue parte del gobierno. Yo morí con las botas puestas. Fui hasta el final” mientras que “no queda tan claro qué piensa Patricia”, cerró.

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