En un movimiento para estabilizar el mercado cambiario, el Gobierno nacional intervino para poner un límite a la apreciación del dólar oficial, fijando un techo en torno a los $1.300. La estrategia del equipo económico de Javier Milei combinó la venta masiva de contratos de futuros, un aumento en las tasas de interés y una licitación de instrumentos financieros fuera del cronograma habitual.
Ayer, el dólar minorista había rozado ese umbral en el promedio de las operaciones. Sin embargo, la firme intervención del Banco Central de la República Argentina (BCRA) logró revertir la tendencia alcista. Al finalizar la jornada, la cotización descendió hasta los $1.280 en el mercado minorista y se ubicó en $1.260 en el segmento mayorista.
Según estimaciones del sector financiero, el BCRA habría vendido contratos de dólar futuro por un valor superior a los 600 millones de dólares. Esta operación tuvo un impacto directo en las expectativas de cotización para los cierres de julio y agosto, reduciéndolas en más de un punto porcentual. Paralelamente, el Gobierno implementó un alza en las tasas de interés para desalentar la demanda de divisas.
El Ministerio de Economía, bajo la dirección de Luis Caputo, desplegó estrategias para mitigar la presión cambiaria. Por un lado, el Tesoro Nacional llevó a cabo una licitación extraordinaria con el fin de absorber pesos del mercado. Por otro, el Banco Central reactivó los pases pasivos, un instrumento para retirar liquidez del sistema financiero que se encontraba suspendido desde abril, tras la reestructuración de los fondos de las Leliq.
