La Alhambra de Granada en la Repu
Sabías que además de ser el primer parque temático infantil de América (construido en 1949 e inaugurado dos años después) y haber inspirado al mismísimo Walt Disney, la República de los Niños posee una pequeña réplica-homenaje del famosísimo “Patio de los Leones” que se encuentra en la Alhambra de Granada en España.
En línea con su espíritu de educar como ciudadanos a los niños, este parque también enseña sobre las culturas del mundo, en este caso la islámica.
Este pequeño patio se encuentra en el corazón del Museo Internacional de los Muñecos sitio en dónde se exponen miles de muñecos, títeres, maquetas y marionetas de más de 40 países. Incluso, el edificio que alberga a este museo está inspirado en el Taj Mahal. Puede decirse que se trata de una doble referencia a esta cultura milenaria.
El Patio de los Leones -que inspiró este pequeño espacio dentro del Museo de los Muñecos- se construyó en el siglo XIV convirtiéndose en un símbolo de la arquitectura nazarí en España y en el mundo.
Si bien no es una réplica exacta (en principio no hay estatuas de leones sino una sencilla fuente que representa la conjunción del agua y la arquitectura -tan característico de la cultura islámica- ni los versos del Corán están escritos en sus paredes ) la referencia es inmediata, sobre todo si conoces el original.
La estética es inconfundible, enmarcada en una amplia galería conformada por pares de columnas que concluyen en arcos celosamente simétricos y redondeados sobre los cuales se alzan pequeños tejados rojos. La construcción es una mezcla de la arquitectura nazarí e india que se caracteriza por sus cúpulas con picos.
A mí me pasó algo particular. Si bien visite cientos de veces la Repu (ya que soy vecina desde hace décadas) nunca me topé con este patio. El museo lo recorres un par de veces y ya está, no es un espacio que cambie demasiado. Pero no hace mucho, con ínfulas de anfitriona, recorrí las instalaciones de este parque (que amo profundamente) junto a una prima porteña. Le mostré cada rincón como si yo fuera una consagrada guía turística y, casualidad o no, por primera vez ví que las puertas del patio estaban abiertas de par en par. Para mi sorpresa y emoción -debo decir-, detrás de esa ancha abertura donde solían reposar unas gruesas puertas de madera se alzaba este pequeño y cálido patio que de inmediato me transportó en el tiempo y en el espacio.
En segundos nada más viajé miles de kilómetros cruzando el océano atlántico hasta llegar a aquel monumento Patrimonio de la Humanidad donde se escabullía mi abuelo para jugar -con apenas 8 años de edad- escapándose de las «garras» de inmensos guardias. Para entonces, aquella maravilla del mundo no estaba abierta al público y mi abuelo tampoco tenía idea de qué significaba ni qué representaba ese extraño y ostentoso Palacio.
Como podrán imaginarse se me estremeció el alma, mi corazón intentaba escaparse del pecho, mis palabras aceleradas y un poco torpres intentaban relatar aquella experiencia profundamente emotiva, que volvía a evocarse en ese mismo instante, mientras dibujaba paralelismos entre un patio y otro. Mi prima, mientras tanto, escuchaba atentamente y contagiada por tanta emoción disparaba clicks y más clicks con la cámara fotográfica de su móvil para inmortalizar ese momento.
Ese pequeño patio fue, y lo será para la eternidad, la plaza de juegos de mi abuelo y este pequeño patio será un puente, para siempre, entre nuestras infancias… y millones de infancias que lo transitan y transitarán según soñaron sus hacedores.
Este es claramente un homenaje con el propósito de divulgar una cultura milenaria y tan rica en materia arquitectónica. Incluso, con una importante influencia en la cultura hispánica tras ocho siglos de dominio en la península ibérica (los árabes del norte de África conocidos como “moros” vivieron principalmente en el sur de España durante ocho siglos, de 711 a 1492).
Más allá de esta referencia personal creo que todo el parque de la República de los Niños es un lugar increíble para conocer y, seguramente, tiene muchos más secretos por descubrir.
Te invito a que vos también lo conozcas, es un lugar soñado.
¡Hasta la próxima aventura!
F.M.