Paisajes y Placeres

Fainá de aquí y de allá

Moscato, pizza y FAINÁ reza la canción de la gloriosa banda Memphis la Blusera.

Para muchos, la fainá es sin lugar a dudas un deleite gastronómico, sobre todo si se lo acompaña con una rica pizza al molde (de esas que saben preparar taaaan bien en la calle Corrientes, cerquita del obelisco).

Pero ¿quién la inventó? 

Se dice que esta preparación puede tener origen árabe, ya que hay presencia de este plato en la zona del Mediterráneo y en Oriente. En Marruecos se la conoce con el nombre de «calentita» y en Francia como «socca». Sin embargo, no podemos negar que se trata de una tradición italianísima la cual heredamos gracias a inmigrantes genoveses que se instalaron en la Boca a finales del Siglo XIX.

Escudriñando un poco en la historia italiana, encontramos que -según dice la leyenda- “los primeros vestigios del fainè se remontan a la época de la batalla de Meloria (1284), cuando los ligures derrotaron a los pisanos. En el tratado posterior de 1294, para favorecer el predominio de los productos de Liguria, se pretendía contener la producción agrícola de Sassari y se puede suponer que esta importante polenta de garbanzos también haría su aparición en Cerdeña”.

También, se cuenta por allí que “el hombre prehistórico ya se alimentaba de cereales molidos entre dos piedras, mezclados con agua hirviendo y cocidos sobre piedras al rojo vivo. Práctica conocida por los babilonios, asirios y egipcios. En todo el mundo clásico, la polenta de cereal, llamada puls y obtenida con cebada, espelta, habas, garbanzos y lentejas, sigue siendo un alimento muy común”. Por otra parte, hay quienes sostienen que existen recetarios medievales europeos, como los árabes (que habitaron aquellas tierras) que hablan de polenta elaborada con avena, cebada, mijo, garbanzos y trigo sarraceno, preparada de forma sencilla, aliñada con aceite, sin añadir especias”.

Asimismo, se considera que el garbanzo siempre fue un alimento de las clases trabajadoras y los orígenes del fainè son muy antiguos. En tiempos de antaño, se trataba de un alimento destinado a las clases pobres y consumido en las «cabañas de los aldeanos».

Sea como fuere, tanto el garbanzo, como su harina, son alimentos nutritivos y sabrosos con los que se pueden preparar delicias gastronómicas como el hummus, un buen guiso (si te gusta de mondongo) y una buena fainá para para degustar sola o acompañar unas riquísimas pizzas caseras. Además, se ajusta a las preferencias de vegetarianos o veganos; incluso es un alimento apto para celíacos. ¡Es perfecto!

LA RECETA

La receta de mi tío Héctor es la siguiente: 

  • 200 gramos de harina garbanzos
  • 600 ml de agua tibia
  • Sal a gusto
  • Pimienta
  • Aceite (de girasol preferentemente, ya que el de oliva es muy invasivo y la fainá tiene un sabor muy potente y particular).

Se calienta el horno, previo calentar una pizzera bien aceitada, se coloca la preparación (que es muy líquida)  y se cocina a fuego suave hasta que cocine bien (debería quedar seca, podes chequearlo con un cuchillo, igual que con los bizcochuelos).

Yapita, super receta secreta

Sabías que si a la fainá ya lista le agregas cebolla cortada en juliana y queso rallado o mozzarella la convertís en una FAINAZZETA.

Probalo, es increíblemente rica.

Opciones para comer faina: fría para comer enrollada con la pizza , también se le puede agregar óregano, ajo y perejil, cebolla de verdeo o jamón y queso. Otra opción es cortarla en cuadraditos para acompañar variedades de dips. Para los más naturistas se puede acompañar con vegetales, zucchinis, tomate.

¡Buon apettito!

Hasta la próxima experiencia culinaria

FM.-