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Gesell siempre es querer volver

Como ustedes saben, nuestra costa atlántica se puede visitar durante todo el año ya que su entorno natural nos invita a recorrer cada rincón en cualquier época. Allí nos esperan frondosos pinares, espesas matas amarillas de acacias, médanos inquietos, extensas playas y el sonido del mar que hipnotiza como el canto de las sirenas. 

Villa Gesell tiene la ventaja de haber sido -allá por los años ´30-  uno de los primeros balnearios de la región que supo aprovechar las virtudes de la naturaleza para emplazar una novedosa propuesta urbanística articulando ciudad y mar.

La hotelería y la gastronomía ganan protagonismo. Si querés multiplicidad de servicios: spa, masajes, gym, playroom, confitería, cochera cubierta, calidad y calidez en la atención, podés alojarte en Hotel Bahía, primer hotel de 4 estrellas de la ciudad. No te pierdas los desayunos del piso 11, yo sé lo que te digo… la vista panorámica es in-cre-í-ble.

Si el clima está un poco fresco, a falta de zambullidas son muy oportunas las mateadas en el bosque o a orillas del mar en la inmensidad que la playa nos regala fuera de la temporada de verano. Eso sí, nada mejor que acompañarlo con los clásicos churros de El Topo (que te espera durante todo el año con sus exquisiteces).

Seguramente con tanta caminata se te incrementa el apetito, así que te sugiero que te acerques al Parador Windy y disfrutes de sus riquísimos platos, además de su divertida y descontracturada ambientación. Es probable que descubras algún tesoro olvidado por un pirata remolón… 

Pero no sólo se trata de las olas y el viento, sucundum, sucundum… Gesell tiene otros atractivos turísticos, entre ellos el Tótem que se encuentra en el acceso a la ciudad, sin lugar a dudas una escultura que simboliza con precisión el espíritu de Carlos Idaho Gesell. El Museo y Archivo Histórico Municipal: la primera casa del fundador de la Villa  famosa por sus 4 puertas, cada una de ellas orientada a un punto cardinal diferente para que las dunas no obstruyan la salida. El Pinar histórico, donde se encuentra emplazada esta casa; el Vivero municipal; el Museo de los Pioneros; el Chalet de Don Carlos, su segundo hogar y hoy Centro Cultural; y el Museo de veteranos geselinos de la Guerra de Malvinas.

También se puede recorrer el Pinar del Norte y allí el Anfiteatro, tradicional punto de encuentro coral donde la música se funde con la acústica de los árboles y la mágica energía de la naturaleza.

Hacia el sur, a la altura del paseo 129 se puede acceder al Muelle de Pescadores, destino final de la extensa rambla que traza el recorrido de la antigua avenida Costanera.

Y hay más… Uno de los atractivos más antiguos es el Faro Querandí, fundado en el año 1922, rodeado por un bosque de coníferas que lo protegen de las inclemencias climáticas. Esta zona fue declarada Reserva Natural con el propósito de preservar los 21 kms de dunas “vivas” que se extienden hacia el sur de la costa geselina, a través de los cuales se puede apreciar cómo eran originalmente estas playas, antes de la “civilización”. 

Mar Azul, Pampas y Gaviotas…

Las localidades del sur que integran el cordón costero geselino son de “otro planeta”. Conservan el estilo originario de esta región con extensas playas y dunas prácticamente indomables. El bosque se erige con firmeza detrás de la imponente muralla de arena, mientras los caminos zigzagueantes respetan inevitablemente la voluntad de los médanos.

Podés mezclarte con la naturaleza y conocer su biodiversidad en los senderos eco turísticos que se realizan con visitas guiadas para mayor seguridad, o recorrer los senderos botánicos a través de los cuales conocerás la flora y fauna, así como también la historia de la fijación de las dunas.

Hay un denominador común: desarrollo urbano sustentable en armonía con la naturaleza, calidad de los servicios turísticos, alojamiento y gastronomía; áreas comerciales; todo esto confluye en un lugar equilibrado para vacacionar, incluso para vivir de manera permanente gracias a la evolución de las tecnologías de la comunicación y las virtudes del home office.

Hablando de Roma… Villa Gesell tiene zonas con Wifi libre así que no te podés quejar, ya seas nativo analógico o digital, servicios y entretenimientos tenés a montones. 

Villa Gesell es amor a primera vista… por eso, siempre vas a querer volver.

¡Hasta la próxima aventura!

F.M.

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