Panorama Político: de la catástrofe a la relajación
Si hubo algo que se le criticó en los últimos días al oficialismo fueron los festejos de una derrota que, al menos en el ámbito de la provincia de Buenos Aires, fue por un punto y unas pocas centésimas. Pero lo cierto es que el Frente de Todos se sacó la carga de lo que suponía iba a ser una caída estrepitosa que podría poner en duda la unidad del peronismo.
Desde que se conocieron los resultados finales hubo una especie de relajación que se sintió a lo largo de una semana con ausencia de los turbulentos cruces que sí se produjeron tras las PASO; mientras que en Juntos por el Cambio sucedieron algunos reproches internos porque la expectativa era ampliar la diferencia que posteriormente se terminó achicando.
Si bien Axel Kicillof y los suyos perdieron en la mayor cantidad de distritos, sobre todo los del interior de la provincia, los triunfos cosechados en la Tercera Sección Electoral y algunos municipios de la Primera le permitieron que esa brecha se acortara considerablemente y se modificara el mapa en la Legislatura a favor del oficialismo bonaerense.
Sobre lo que ocurrió, el propio gobernador expresó que la oposición “tenía previsto ensanchar la diferencia en la provincia de Buenos Aires y por eso armaron todos esos discursos. Ahora se hacen los distraídos, pero Macri habló de una transición. Vidal habló de presidir la Cámara de Diputados” y sentenció: “Lo que pasó es que no se cumplió lo que vaticinaron”.
En este sentido, elogió el trabajo de los intendentes al remarcar que “en la provincia hay 135 municipios, es un territorio muy vasto y heterogéneo. Hubo un fuerte trabajo territorial” de los jefes comunales” y bregó porque “se vuelva lo más parecido a la normalidad, donde no dejemos a nadie afuera; en ese trabajo fue fundamental lo que hicieron los intendentes”.
El repunte significó un alivio para el mandatario y su equipo, ya que pudo recuperar bancas en el Senado y dejar a Juntos sin la mayoría que ostenta en la actualidad y que durante gran parte de su gestión fue la piedra en el zapato para aprobar proyectos. A partir de diciembre, ambas fuerzas políticas quedarán en paridad con 23 senadores cada una y será la vicegobernadora Verónica Magario quien desempate con su voto.
Más allá de que la derrota no fue tan grave como se creía en la previa, algunos resabios de lo que sucedió en las PASO todavía quedaron dando vueltas internamente, por lo que no se descarta que haya algunos cambios en Gabinete en el futuro. Por lo pronto, el Ejecutivo prepara una serie de medidas económicas para poder comenzar el camino de la recuperación financiera.
Por el lado de Juntos por el Cambio pasaron de la euforia a la desilusión y lo que se esperaba que fuera una paliza histórica, terminó siendo un triunfo poco celebrado. La razón es que, tanto en la Legislatura como en el Congreso, aspiraban a colar más dirigentes de los que finalmente ingresarán y, si sus predicciones se cumplían, prácticamente tenían el camino allanado hacia 2023.
Esa es la principal preocupación para el futuro, sobre todo en el seno del PRO. La buena performance de Facundo Manes hace que sea uno de los presidenciables de acá a dos años, peleándole ese lugar a Horacio Rodríguez Larreta. Pero, además, el radicalismo se fortaleció estructuralmente, por lo que dejaría de estar en el segundo plano en la alianza opositora.
Más allá de que aún es apresurado hablar de la coalición no sería descabellado que se produzca una gran PASO entre todos los representantes de la derecha, incluidos quizás los libertarios. Aun así, el crecimiento de Manes le pone un freno a las aspiraciones de Larreta y tampoco habría que descartar que pensando en las próximas elecciones, la turbulencia cambie de espacio y finalmente sea protagonista en Juntos por el Cambio.
(*) Resumen semanal de DixitP.