Panorama Político: Kicillof se salió con la suya, pero tendrá que militar al massismo a regañadientes
Tras el frenético cierre de listas del último fin de semana, y a pesar de los aprietes del kirchnerismo duro para que vaya a la presidencia, el gobernador bonaerense pudo quedarse en la arena bonaerense para forzar su reelección.
Axel Kicillof sudó la gota gorda y tuvo que ceder autonomía política para quedarse en calle 6 un nuevo mandato, pero lo condicionó el Instituto Patria en el armado de las listas, donde el camporismo refugió a sus delfines en lugares a salir en las listas.
Puede contabilizar, como bonus track a su reelección, la imposición -determinada por CFK y su núcleo- la precandidatura del ministro de Justicia Julio Alak como aspirante a un quinto mandato en la ciudad de las diagonales (aunque deberá enfrentar en las PASO a representantes del hormiguero pateado del peronismo platense).
La interna se parecerá a la del 2019, donde hubo 5 listas que no quisieron materializar el triunfo de Florencia Saintout en las primarias. El intendente Julio Garro dio vuelta una elección histórica por la epidemia de egos del peronismo. La ahora candidata a senadora y titular del Instituto Cultural no contó con el respaldo de los demás precandidatos. Su rival acérrima, Victoria Tolosa Paz no militó a la ex decana de Periodismo, pero eso ya es parte del diario del viernes.
En ese contexto, el gobernador bonaerense deberá correrse unos metros hacia el centro, donde el larretista Diego Santilli morderá votos anti K: una posición que le será incómoda.
Pero más incómodo será para el economista tener que disimular el mal trago mayor: tener que compartir boleta con el ministro de Economía Sergio Massa, el “el elegido” como alternativa para, en el peor de los casos, vender cara la derrota de Unión por la Patria a nivel nacional.
En la administración pública bonaerense todavía no superan tener que tragarse el sapo de depender relativamente del resultado nacional para salir airosos. La elección provincial no irá desdoblada y una mala performance del líder del FR le puede traer problemas. Nadie imagina un corte de boleta de magnitud tal que pueda despegar al gobernador del destino electoral de Massa ante un hipotético fracaso.
Su cara de incomodidad en los dos actos que tuvo que compartir con el ex intendente de Tigre en la última semana habla por sí sola. Sonrisas forzadas ante cada palabra emitida con calculada especulación por el flamante presidenciable de UP. Un plan que ningún cristinista de paladar negro hubiera querido aplicar. Pero en política, una derrota «digna» siempre es mejor que una derrota catastrófica que pueda esmerilar aún más a lo que queda del kirchnerismo.
Kicillof tal vez lo sepa, pero para digerir el trago deberá tomar una dosis indeseada de omeoprazol. Quizá lo logre, a pesar de tener una gestión intervenida por la Cámpora y condicionada por muchos intendentes. El tiempo, dicen, es un gran ordenador…
(*) Informe semanal de DixitP