Además de ser la ciudad que no duerme, Buenos Aires es una ciudad infinita, con propuestas de todo tipo, para todo público y de las más diversas que se te puedan ocurrir. En esta oportunidad te traigo algunas opciones gratis para disfrutar de la ciudad desde una perspectiva diferente: el mirador de la Galería Güemes ubicado en calle Florida.
Como tantas otras galerías de la ciudad porteña, esta fue inspirada en la arquitectura europea, replicando la misma lógica que en el viejo continente como un espacio de encuentro, esparcimiento, eventos sociales y compras (siendo los predecesores de los shoppings actuales).


De esta manera, en diciembre de 1915 se inaugura este colosal espacio bajo el nombre de Galería Güemes, rindiendo homenaje al máximo héroe de la provincia de Salta, General Martín Miguel de Güemes.
Según relata la historia oficial “el edificio Galería Güemes es considerado uno de los primeros rascacielos de Buenos Aires con sus 87 metros de altura. Al visitante de aquellos años le sorprendía la variedad de usos y funciones que albergaba en su interior”. Entre los espacios con los que contaba había un teatro, un salón de eventos, un restaurante y una confitería donde sonaban los acordes de una orquesta en vivo. Disponía de locales comerciales y variada gastronomía. Además había un nivel con oficinas y varios pisos de departamentos totalmente amueblados que se alquilaban temporalmente.
En el punto más alto de este edificio (de aquel entonces) se encontraba el mirador con una vista única de 360 grados en pleno centro de la ciudad.
El despliegue tecnológico no era un dato menor: “ascensores capaces de recorrer 140 metros en 60 segundos, sistemas contra incendios que bombeaban hasta 24 mil litros por hora y que eran activados a través de alarmas eléctricas ubicadas en la planta baja y los subsuelos”. Refrigeración, calefacción y ventilación. Contemplaron todos los detalles, incluso había “un sistema de tubos neumáticos servía de correo interno del edificio”.
El broche de oro: “la combinación de iluminación natural y artificial de la bóveda y la broncería del pasaje, los detalles de broncería de los escaparates y de las puertas de los ascensores”.






Al igual que en aquellos tiempos, la edificación causa impresión, sobre todo si pensamos en todas las novedades que este espacio ofrecía teniendo en cuenta los años que corrían.
Esta obra de arte, fue posible gracias a “los salteños Emilio San Miguel y David Ovejero, dueños de gran fortuna y propietarios de la casona de 1830 que había en el terreno sobre Florida. Al principio se pensó en realizar la obra tan sólo sobre esta calle, pero luego se sumó al proyecto el Banco Supervielle, propietario del lote que miraba a San Martín. Se optó entonces por un edificio-pasaje que conectara ambas calles mediante una Galería de 116 metros. El emprendimiento fue encomendado al arquitecto italiano Francisco Terencio Gianotti. La Galería Güemes fue considerada una de las obras cumbres de Art Noveau”.



Patrimonio cultural e histórico de la ciudad
El mirador de Galería Güemes no sólo te permite tener una visión única y diferente de la ciudad de Buenos Aires, sino también sumergirte en lo que fueran los años de oro de la sociedad porteña, con sus innovadores y costosos edificios, la arquitectura característica de la época, sus mármoles, bronces que engalanan cada rincón.


Un Principito en los pasillos
Cuentan que Saint Exupéry, autor de El Principito, se alojó en este edificio. Se puede visitar su habitación.
Como si fuera poco, hay visitas nocturnas para deleitarte aún más con la exclusiva vista de la ciudad. La visita al mirador tiene un costo y se accede por orden de llegada. Más info en en siguiente link.
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FM.-
