PANORAMA

Panorama Político: Kicillof, entre la interna oficialista, el equilibrio y la gestión

Si bien en varias apariciones públicas había lanzado algunas críticas hacia el plan económico, el gobernador Axel Kicillof se mantenía neutral en medio de la feroz interna del Frente de Todos. Esa postura cambió en los últimos días y, por distintos motivos, el mandatario bonaerense tomó mayor trascendencia entre reuniones y actos partidarios.

Fue en un evento en Salta donde el ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán, quien lanzó una chicana con destino directo a Kicillof, acusándolo de no ser lo suficientemente fuerte en su negociación de la deuda en dólares en su provincia. Las palabras del funcionario que, hasta el momento, es sostenido solamente por el presidente Alberto Fernández, encendieron aún más la mecha.

“A veces nosotros los empujábamos a ser más duros, al gobernador también lo empujábamos a ser más duro en la reestructuración, lo mismo que hacíamos con otras provincias, como con la provincia de Buenos Aires, para que sea más dura. Lo cierto es que estos procesos ayudaron a que hoy haya recursos que se usen en vez de pagar intereses, para obra pública que le da más productividad a la Argentina en el futuro”, fueron las palabras de Guzmán.

Luego de que el ministro lo subiera a la arena de la contienda entre kirchneristas y albertistas, el propio Kicillof fue protagonista de una serie de situaciones que, por un lado, intentaron llevar calma, pero también por el otro, se traduce en un mensaje hacia arriba. Lo cierto es que, pensando en el 2023, el territorio bonaerense será clave para lo que suceda en las elecciones y es el poder del ex ministro de Economía.

Uno de los encuentros que buscaron bajarle el tono a la disputa se llevó a cabo a finales de la semana, cuando el gobernador recibió al ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández. El ex jefe de Gabinete durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner es uno de los más acérrimos defensores de la gestión presidencial y participó de varios cruces con su par bonaerense, Sergio Berni.

La reunión entre ambos significó un gesto de unidad hacia adentro de las estructuras del Frente de Todos y la excusa para el cónclave político fue la rúbrica de un acuerdo para la adhesión de la provincia de Buenos Aires al Programa Nacional de Descontaminación y Compactación (PRODECO) de vehículos.

En ese marco, Aníbal Fernández dejó una frase relevante sobre las diferencias entre CFK y Alberto y remarcó que la falta de diálogo entre ambos “son cosas temporales, circunstanciales” que en el corto plazo “se va a resolver”. Asimismo, el funcionario se refirió a la interna y remarcó que “es política y estamos discutiendo los intereses de los argentinos. No le quito importancia a ese tipo de discusiones. Los debates hay que generarlos”.

Por otro lado, en el marco de un acto conmemorativo al nacimiento de Eva Duarte de Perón, Kicillof compartió escenario con Máximo Kirchner en la localidad de Los Toldos, junto a otros dirigentes del peronismo provincial. Al momento de tomar la palabra, cada uno de ellos mostró nuevamente su postura en cuanto a los problemas del país y, obviamente, la interna no quedó afuera.

Parafraseando a Evita, el gobernador sostuvo que «vengo a reafirmar que para el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires donde hay una necesidad hay un derecho, y donde hay un derecho hay una obligación de quienes tenemos papeles, y en donde tenemos responsabilidades hay una obligación”.

En este mismo sentido, se refirió a la disputa del Frente de Todos de manera solapa y bramó: «Nadie se puede olvidar para qué ganamos las elecciones, las ganamos para hacer valer esos derechos y no podemos descansar ni un solo día hasta que haya dignidad, hasta que se recupere lo perdido, hasta que nuestro Pueblo tenga por delante ese futuro”.

Por su parte, el presidente del Partido Justicialista Bonaerense volvió a ser enfático a la hora de tomar la palabra y dejó en claro la necesidad de que «el pueblo recupere poder adquisitivo”, por lo que sostuvo que para llegar a ese objetivo “hay que subir los salarios y lo que no hay que romper es la solidaridad entre el que tiene trabajo registrado y el que no lo tiene”.

En el escenario de tensiones internas y con la responsabilidad de gestionar un territorio tan complejo y extenso como la provincia de Buenos Aires, Kicillof se transformó paulatinamente en un equilibrista, tratando de conformar a propios y extraños, a intendentes y conductores. Sin embargo, cuando llegue el momento, el gobernador deberá decir a qué “bando” salta.

(*) Informe semanal de DixitP

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