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De automóviles y otros enseres

Empieza el frío y para no dejar de pasear hay que buscar opciones menos «ventiladas». Por eso te traigo una opción que seguramente te va a encantar el Museo del Automóvil y Ramos Generales «Colección Rau» de La Plata.

La primera particularidad que tiene este espacio es que tiene fechas específicas de apertura para las visitas. Por eso es importante que sigas sus publicaciones en Instagram o te comuniques vía Whatsapp.

Este museo está ubicado en Calle 1 N° 121 entre calles 34 y 35) de la ciudad de La Plata. Frente a las vías del Tren Roca muy, pero muy cerquita de la Estación de Trenes de La Plata (sí, esa dónde se filmó una escena de la película protagonizada de Brad Pitt «Siete años en el Tibet»). Así que llegar es muy sencillo. Otras vías de acceso son la AU La Plata-Buenos Aires o la Terminal de Micros de esta ciudad. No tenés excusas.

Días y horarios: Sábados y Domingos de 14 a 18 horas (a definir por el Museo).

Forjar la historia

El museo fue creado por Jorge y Cecilio Rau, quienes comenzaron a comprar y coleccionar antigüedades de manera aficionada durante su juventud hasta que instalaron este espacio para compartirlo con la comunidad.

Con la profunda inquietud de instalar este museo, en 1984 los hermanos Rau adquieren la propiedad (construida en 1875) para iniciar su remodelación. Este edificio, donde se encuentra actualmente la extensa colección de antigüedades automovilísticas, conforma el patrimonio de la ciudad. Un dato no menor, en virtud del espíritu conservacionista de la historia de nuestra región.

En el año 2006, luego de poco más de 20 años de obra, el espacio logra ser habilitado como museo. Este lugar representa la coherencia, el respeto y el trabajo por preservar la historia (de la región y de la humanidad misma). El edificio -como ya se mencionara- fue restaurado, los baños, los pisos, la grifería respetan características de época. En el patio, un antiguo aljibe luce todo su esplendor e invita a disfrutar de ese cálido espacio.

Es difícil decir qué objeto llama más la atención en este museo, todo está perfectamente conservado, ordenado, clasificado y expuesto. Podés encontrar desde chapas identificatorias de vehículos, carteles, viejos surtidores, yantas de todo tipo, automóviles de época (que al verlos inevitablemente te dan ganas de subirte y jugar a manejarlos), una moto plegable (sí! plegable y descartable, además) de la segunda guerra mundial, buzones de correo postal, objetos de todo tipo y procedencia que fueron coleccionando Jorge y Cecilio (ya fallecido) durante toda su vida y que comparten generosamente con todos nosotros.

Suelen visitarlo contingentes escolares que se deslumbran por los objetos allí expuestos y por la historia del lugar contada por la nueva generación de esta particular familia.

Un museo infinito

Como si la colección fuera poco emocionante, además hay un Bar-Cafetería y una Tienda de regalos. El bar es otro espacio superlativo, podes cafetear y contemplar esta joya urbana celosamente resguardada en la ciudad de las diagonales.

​El amor a primera vista existe y sucede en este eclipsante espacio.
Tenés que vivir tu propia experiencia. Te aseguro que te vas a enamorar.

Hasta la próxima aventura.
FM.-

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