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Panorama Político: Garro consolida su estrategia electoral en La Plata y el peronismo no sabe, no contesta

En plena cuenta regresiva rumbo al cierre de los plazos para la inscripción de alianzas, el próximo 14 de junio, el peronismo platense todavía no define qué estrategia utilizará para enfrentar al intendente Julio Garro, que en la semana que termina consolidó su vínculo con los militantes/fiscales de Juntos.

En un acto con más de 700 adherentes en el club Circunvalación, pleno corazón de la populosa Villa Elvira, montó una demostración de poder y llamó a mejorar su proyecto de ciudad, al tiempo que alentó la fiscalización de votos para la zona sur de la periferia de la capital bonaerense.

Con el frente de la gestión ordenado, apuntó todos sus cañones a la campaña que lo llevará a un nuevo mandato: de ganar en las urnas, será, después de su posible rival, Julio Alak, el segundo alcalde de La Plata con mayor cantidad de mandatos (lleva dos, desde 2015 al 2023).

Justamente el ministro de Justicia y cuatro veces administrador del Palacio de calle 12 sería su rival en una compulsa electoral que tiene al peronismo en un mar de dudas.

El actual FdT todavía no sabe con qué nombre jugará en las primarias de agosto y menos aún definió oficialmente su candidato. El nacido en Benito Juárez por ahora es el designado como articulador del hormiguero pateado en que se transformó el FdT.

Pero también salió a la cancha Florencia Saintout (la última candidata del cristinismo) y en medio de incertidumbres y negociaciones que caen en saco roto por no existir una bajada de línea clara desde Nación, a menos de una semana de cumplirse el plazo, todo está por definirse.

El espacio encabezado por el ex (dos mandatos) jefe comunal Pablo Bruera está en pleno proceso de extinción y lo que queda del espacio que inventó el experimentado Luis «Lucho» Lugones (el dirigente que resistió al radicalismo reinante en los 80′) se llama Guillermo Escudero; el concejal que también estampó su semblante en panfletos y paredes.

Victoria Tolosa Paz ya se bajó de la disputa por la alcaldía local porque, se supone, jugará en Provincia colgada de la boleta nacional del embajador estrella Daniel Scioli. Ese tándem es la apuesta albertista para gastar la última bala que queda en la recámara de Alberto Fernández para meter presión al cristinismo y negociar una posible unidad que deje a todos contentos. Su precandidato local es el concejal Juan Manuel Granillo Fernández.

Mientras tanto, tampoco a esta hora Axel Kicillof sabe si irá por la reelección o será obligado por CFK a ir por la Rosada. En el instituto Patria consideran que es quién mayor traduce la transferencia de votos de la vicepresidenta, que no dio señales concretas más allá de su decisión de no jugar en nombre propio en las listas y de haber mandado a la vidriera de las ofertas electorales a Wado de Pedro y al propio Sergio Massa, que aceptó la promesa por ambición de poder y para tener margen de negociación.

Volviendo al plano local, en el radicalismo se muestra activo el ex diputado bonaerense Sergio Panella, el dirigente platense con la colección de derrotas más abultada en la historia de la política platense.

Los «halcones» del PRO están referenciados en el senador Juan Pablo Allan, con cero chances de ganarle a Garro. Igualmente, como todos los «candidatos de cartón», se muestra como quién puede morderle por derecha votos a Garro.

Pero el bendecido por Patricia Bullrich solo busca subirse el precio para recibir un llamado (si es que no lo hubo) de Garro para que lo invite a guardarse a cambio de un lugar expectante en las listas, ya sea la del Senado (donde ubicaría al ex fiscal Marcelo Romero) o la distrital, que renueva 12 bancas en el Concejo. A río revuelto, ganancia del pescador. Y es Garro el que tiene la caña con los anzuelos y las carnada$…

(*) Informe semanal de DixitP.

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